Para seguir a Jesucristo, hay que llevar la cruz 

 

“Cristo sacerdote… Sólo amarle sea nuestro deseo, y hacia Él vaya nuestro corazón”.

“Lo que interesa es enamorarse de Cristo”.

“Más que seguirle es que me lleve Él”.
“No hay soledad de corazón cuando el corazón se ha consagrado a Dios”.

“Gracias, porque el Padre me eligió; porque el Hijo me llamó; porque el Espíritu Santo me confirmó”.

«Gracias, Señor, porque destinas toda mi vida a enseñar la verdad y la vida… porque destinas toda mi vida a instaurar en el mundo el Reino de Cristo en la paz de Cristo».

“Amar es darse. Y Dios se te dio en el sacerdocio… y tú te diste al Señor en el momento de tu ordenación sacerdotal”.
“A los sacerdotes… nos escoge el Señor con el amor de su corazón, desde toda la eternidad y por toda la eternidad”.

“En el asunto de la vocación, precede siempre la oración”.

“El sacerdote es un corazón que ama, un corazón que sufre, un corazón que se desgasta”.