Dad vuestra vida con alegría, sin miedo, a Él, que antes dio la suya por vosotros 

 

“Los presbíteros son llamados a prolongar la presencia de Cristo, único y supremo pator, siguiendo su estilo de vida y siendo como una transparencia suya en medio del rebaño que les ha sido confiado”.

“El ministerio del presbítero está totalmente al servicio de la Iglesia”.

“La vocación sacerdotal es un don de Dios”.
“Los cristianos esperan encontrar en el sacerdote no sólo un hombre que los acoge, que los escucha, sino también y sobre todo un hombre que les ayude a mirar a Dios, a subir hacia Él”.

“Los candidatos al sacerdocio deben enamorarse de Cristo buen pastor”.

«La llamada del hombre está primero en Dios… y que el hombre tiene que leer dentro de su corazón».

“Llamados, consagrados, enviados”.
“Al don que Dios otorga en el sacerdocio, responde la entrega del elegido con todo su ser, con su corazón y con su cuerpo”.

“Quiere hablar a los hombres de hoy con vuestra voz. Consagrar la Eucaristía y perdonar los pecados a través de vosotros. Amar con vuestro corazón. Ayudar con vuestras manos. Salvar con vuestra fatiga”.